lunes, 23 de enero de 2012

CRÓNICAS DE LA REPUBLICA INDEPENDIENTE DE LA BOCA

Distintos historiadores han dado crédito a la existencia de hechos que derivaron en que un grupo de inmigrantes genoveses intentara independizar a La Boca de la Republica Argentina a fines del siglo XIX. En el mes de La Boca y en un nuevo aniversario de su autonomía, repasamos este casi mítico suceso, que todos alguna vez hemos escuchado.
                                                                      Por Norma Rosa Torello y Martín Scotto


José Invierno, Rómulo Vernengo, Bartolo Cafferata y Carlos Blanco, iniciadores del movimiento que habría dado lugar a la República Independiente de La Boca

Durante años, distintos historiadores, algunos de ellos Boquenses, han intentado revelar si alguna vez La Boca, o al menos un grupo de sus habitantes intentó, allá por el Siglo XIX, independizarse de la República Argentina.
Nadie de los tantos que han investigado la “Republica Independiente de La Boca” ha podido afirmar con certeza que ésta hubiera existido, pero sin faltar a la verdad, algo debe haber ocurrido para que más de cien años después se sigua hablando de ello.
La Boca del Riachuelo
Entre 1830 y 1850, se fueron asentando en La Boca las primeras familias genovesas. Para aquel entonces, Genova había dejado de pertenecer al Imperio Francés (1815) y transitaba por una inestabilidad política que la había llevado a participar de varias guerras con el Imperio Austriaco. Recién en 1861, el rey Víctor Manuel II había logrado unificar bajo su corona a gran parte del actual territorio italiano, dividido hasta ese momento en varios estados soberanos. Problemas económicos que afectaban al comercio, la industria y la producción agrícola hicieron que muchos de sus habitantes buscaran nuevas tierras, y llegaran hasta  La Boca del Riachuelo.
Luego de 1850, la inmigración italiana hacia la Argentina fue incrementándose masivamente, y La Boca poblándose con ellos. El aumento de la actividad en el puerto impulsó el crecimiento demográfico y económico del barrio, el que se fue llenando de conventillos de chapa y madera. En 1870, La Boca se había convertido en la zona portuaria de la Ciudad de Buenos Aires y ya para 1895 era la segunda sección de la Capital. Sobre una población de 38.000 habitantes, 17.000 eran argentinos, 14.000 italianos, 2.500 españoles y el resto de otras colectividades.
La vida de aquellos inmigrantes, llegados con una mano atrás y otra adelanteno era para nada fácil. Muchos, vivían hacinados en conventillos y ganaban apenas lo suficiente para sobrevivir. En estas condiciones, se desarrollaba la vida en La Boca, un suburbio de la Ciudad, con pocas y dificultosas vías de integración con el Centro, y cuyo aislamiento la transformó en un pueblo con personalidad y características propias que la diferenciaban completamente de los demás barrios. De esta realidad habría nacido la efímera Republica Independiente de La Boca.
La Republica Independiente de La Boca
Según señala el historiador Boquense Antonio J. Bucich en su libro “La Boca del Riachuelo en la Historia Argentina”, en el año 1882, a raíz de un conflicto gremial  “Los huelguistas boquenses ... indignados se reúnen en la Sociedad Italiana  decidiendo “que el gobierno argentino no puede mezclarse en asuntos de genoveses” e izan la bandera de Génova y  firman un acta por la que informan al rey de Italia que  acaban de constituir la “Republica Independiente de La Boca” “Enterado de esta segregación, el General Roca en persona se dirige al cuartel de los revolucionarios, quita  la bandera y los increpa” Al día siguiente los genoveses disidentes  bautizan con el nombre de Julio A. Roca una calle de La Boca”.
Para Rubén Granara Insua (Presidente de la Fundación Museo Histórico de La Boca), si bien no se ha constatado que efectivamente el movimiento independentista hubiera existido como tal, algo debió haber ocurrido. En una de sus publicaciones titulada  “Opúsculo La República de La Boca” cita un artículo del periodista Blas Vidal del año 1904, quien relata que un grupo de vecinos constituyó un “Comité de Defensa” para reclamar por la autonomía de La Boca en el año 1876. Este movimiento intentó ser aprovechado por algunos inmigrantes italianos, deseosos que La Boca fuera una especie de Republica integrante del Reino de Italia.
En efecto, el periodista Blas Vidal escribió una nota para la Revista “Caras y Caretas”, aparecida el 9 de abril de 1904, señalando que un conjunto de vecinos encabezados por José Invierno, Rómulo Vernengo, Bartolo Cafferata y Carlos Blanco entre otros, constituyó un «Comité de Defensa» “para solicitar al gobierno central la autonomía de la Boca, que dependía municipalmente del Concejo Deliberante, y políticamente, para los efectos electorales, de la parroquia de San Telmo, que es precisamente lo que en ningún caso admitían ellos; ni querían entenderse con la municipalidad central, ni querían depositar sus votos en las urnas del atrio de la calle Comercio”.
Vidal señala que el movimiento fracasó ya que “tras largas discusiones y serios cabildeos, quedó la cosa en agua de borrajas, por haberse inmiscuido en el asunto algunos vecinos italianos que hicieron serios trabajos para encauzar en otro sentido aquel movimiento separatista, deseosos de que la Boca fuera algo así como una sucursal de la bella Italia en pleno Río de la Plata. Proyectaron éstos— porque proyectaban mucho— el envío de un mensaje al rey de Italia, y un escudo y la banderita de la nueva república que á no dudarlo rivalizaría con sus hermanas las de Mónaco, San Marino y Andorra. Por aquello de la fratellanza, resolvióse que llevara dos franjas con los colores argentinos y sobre ellas un escudo rojo con la cruz blanca de los Savoia, con un gorro frigio encima de ella”.

Finalmente, Blas Vidal relata “Pero todas esas algaradas insurrectas quedaron luego en lo que debían quedar: ni aquellos construyeron la autonomía, ni lograron estos ver cumplida su intentona republicana. Quien debía poner los puntos sobre las ies -que bien pudo ser Pepe Fernández - los puso al fin, y de todo aquello solamente le quedó en ese rincón de Buenos Aires, simpático por muchos conceptos, el bautismo republicano que le procuraron sus improvisados padrinos”.
Otra versión de los hechos publicada en el libro "Gauchos, Gesuiti, Genovesi", del italiano Ignazzio Weiss, señala en el capítulo titulado "La Repubblica della Bocca e i primi genovesi" que en el año 1876, un grupo de inmigrantes genoveses levantó la bandera de la autonomía Boquense con el objeto de separarse de la circunscripción electoral de San Telmo de la que formaba parte hasta aquel entonces. Agrega Weiss, que a ese movimiento político se sumó otro grupo más radical que proponía directamente que La Boca se transforme en una Republica Independiente. Según este aporte, los independentistas desistieron de su accionar cuando el Presidente Roca llegó al barrio, solucionó el conflicto y quitó la bandera genovesa que identificaba a los rebeldes, los que días después, habrían bautizado con el nombre del primer mandatario argentino una calle de la zona.
La versión de Blas Vidal como la del italiano Ignazzio Weiss incurren en algunos errores cronológicos, ya que por un lado La Boca y Barracas fueron separadas de la jurisdicción de San Telmo el 30 de agosto de 1853 por la Ley N° 591 de la Provincia de Buenos Aires, y a su vez La Boca obtuvo su autonomía de Barracas el 23 de agosto de 1870, cuando el Senado de la Legislatura Bonaerense sancionó la Ley  N° 654 y días después el Gobernador provincial Emilio Castro designó al Dr. Sebastian Casares como Primer Juez de Paz.
Por otro lado, el General Julio Argentino Roca recién fue Presidente de la Argentina entre 1880 y 1886, no obstante lo cual ya para 1874 había alcanzado el rango de General del Ejercito y en 1877 el cargo de Ministro de Guerra.
Si bien los errores de Vidal y Weiss son evidentes, no tienen el mérito suficiente para desacreditar el resto de la historia. Roca contaba con una amplia experiencia en conflictos armados como la Guerra entre la Confederación Argentina y la Provincia de Buenos Aires (1858-1861), la Guerra con el Paraguay (1865-1970) y las Campañas de Conquista del Desierto (1870 en adelante). Esta fama de Roca, ganada por su participación en conflictos político-militares, hace verosímil que hubiera intervenido para hacer desistir a los independentistas Boquenses, aunque no fuera Presidente de la Argentina para 1876 como lo indica Weiss y Vidal.
Asimismo los conflictos gremiales y huelgas eran hechos comunes en La Boca frente a las duras las condiciones de trabajo imperantes de la época.
Transcurrido más de un siglo, resulta dificultosa para no decir imposible, la tarea de reconstruir esos épicos sucesos, de los cuales no hay registro en diarios ni documentos oficiales. Se trata de un hecho transmitido de generación en generación, con la suficiente fuerza y grandeza para seguir perdurando. Es que ciertamente, La Boca ha sido el único intento de República surgida de un movimiento político, en contraposición a las llamadas “Repúblicas comerciales” con las que se suelen denominar otros barrios porteños, pero que carecen  de una historia como esta.
Independientemente del rigorismo histórico que impide darla como cierta, ello importa poco para los boquenses herederos de la tradición italiana. La Republica Independiente de La Boca es uno de los tantos eventos que dan cuenta del esplendor cultural de un barrio,  que se mantiene viva convertida en leyenda como resistencia y salvaguarda de sus mejores épocas.





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