martes, 14 de agosto de 2012

PARQUE LEZAMA: UN LUGAR CON HISTORIA


 

En sus tierras se asentaron los primeros españoles en llegar al Río de la Plata y fue conocido como “El Bajo de la Residencia”, “La Punta de Doña Catalina”, “La Barranca de Marco” y “La Quinta de los Ingleses”. También supo albergar al primer horno de ladrillos, el primer molino de viento, las barracas que comercializaban esclavos y los “lazaretos” u hospitales para hacer frente a las epidemias de cólera y fiebre amarilla del siglo XIX.

Entrada al Parque Lezama Año 1910
Para algunos historiadores, habría sido en las tierras que hoy ocupa el Parque Lezama, el lugar donde Don Pedro de Mendoza fundara en 1536 la primera Ciudad de Buenos Aires, fortificación que no duraría mucho tiempo debido al asedio de los indios que habitaban la zona.
 En 1580, al llevarse a cabo la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires, Don Juan de Garay otorgó las tierras donde hoy se encuentra el Parque al Capitán Alonso de Vera. Con el transcurso de los años, la propiedad fue pasando a manos de sus herederos hasta que en 1792 el Capitán Álvaro de Vera las vendió a Doña María Bazurco.

Para el final del siglo XVIII, la Real Compañía de las Filipinas que se dedicaba a la venta de esclavos había instalado la base de sus operaciones en una barraca situada en una parte del actual predio del Parque. En el año 1802 el lugar sería vendido al Sr. Manuel Gallego y Valcárcel, quien fuera el secretario del Virrey Don Pedro de Portugal y Villena

En 1806, durante la Primera Invasión Inglesa, el General Beresford entró por la entonces calle San Martín (actualmente Defensa), y avanzó hasta la Barranca de Marcó (hoy Parque Lezama) derrotando allí a las últimas fuerzas locales en oponer resistencia.
 En 1808 Manuel Gallego y Valcárcel falleció y las tierras fueron adquiridas por el comerciante inglés Daniel Mackinlay en un remate público. Fue éste quien comenzó a plantar árboles frutales y construyó una casona de descanso sobre la Barranca de Marco con vista al Río de la Plata donde flameaba la bandera inglesa. Este hecho hizo que se conociera como “Quinta de los Ingleses” por muchos años.

Tras la muerte de Mackinlay, la propiedad fue comprada en 1846  por el norteamericano Charles Ridgley Horne, cuñado del General Lavalle. Fue éste quien construyó la señorial residencia sobre la calle Defensa y anexó al predio algunos lotes linderos, que se distinguieron por sus jardines repletos de rosales, camelias y árboles exóticos. El cultivo de estas flores hizo que Horne mantuviera una estrecha amistad con el dictador Juan Manuel de Rosas.  A la caía de éste, Horne debió exiliarse en Montevideo.

En 1857, el acaudalado terrateniente salteño José Gregorio Lezama compró la propiedad y amplió su parque hasta llegar a la calle Brasil. Lezama llevó a cabo grandes remodelaciones en la casona y transformó las tierras lindantes en un gran parque privado diseñado por el paisajista belga Charles Vereecke.

Durante la epidemia de cólera que azotó a la Ciudad de Buenos Aires en 1858, se instaló un hospital provisorio para aislar a los enfermos, hecho que se repetiría en 1871 con la fiebre amarilla. En 1889 José Gregorio Lezama fallece y su viuda Ángela de Álzaga cedió la propiedad por un valor simbólico ($ 1.500.000 de la época) a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires con la condición que fuera convertido en un parque público que llevase el nombre de su marido. Así, en 1894 nació el Parque Lezama.

Su diseño actual fue realizado en 1896 por el paisajista francés Carlos Thays, quien proyectó caminos, un rosedal y la forestación con distintas especies arbóreas.

En 1897, en la importante mansión de la calle Defensa fue instalado el Museo Histórico Nacional donde se alojan más de 50.000 objetos de la historia Argentina.

Para aquella época, el Parque Lezama contaba con un lago artificial densamente forestado sobre el lado de la calle Brasil, que fue rellenado y reemplazado por un anfiteatro con gradas de madera en 1914 y más tarde por grandes escalinatas de cemento.
 En 1931, la reja que rodeaba al Parque Lezama fue desmantelada, quedando el parque abierto de forma permanente a la comunidad.