INMIGRANTES EN LA BOCA
HIJOS DEL RIO
EL RIACHUELO ES A LA BOCA, COMO
QUINQUELA A SU PUERTO.
Por Norma Rosa Torello*
Un lugar, La Boca, al sudeste de la ciudad de Buenos Aires, donde el rio Matanza Riachuelo
desemboca naturalmente sobre las costas del Río de la Plata. Fue ahí
con los inmigrantes, donde se gestó el escenario propicio para un río que se hizo pueblo, porque a su vera
estas manos deseosas de trabajo, sosiego e ilusiones de hacer la América,
forjaron una República.
El nombre de nuestro barrio, provino de las bocas del
Riachuelo, que es considerado por muchos como el punto donde Pedro de Mendoza
fundó la ciudad Santa María de los Buenos Aires en 1536, que durante años se
mantuvo como el puerto principal hasta que tuvo que dejar su título al nuevo
puerto ya que la poca profundidad de sus aguas no le permitieron seguir su
destino anhelado.
El barrio de la boca se conforma por inmigrantes italianos y
españoles y nativos de este territorio. Una inmigración ilustrada alterna con
obreros y comerciantes. Todos ellos juntos, en derredor de ese río.
Sería una falacia aislarlo de nuestra historia boquense,
porque fue el mismo rio el que generó la atracción por similitud a las tierras
que dejaban para afincarse en este sur ribereño.
Los viajeros se sentían imantados por el puerto. La Boca era
ese barrio marino, construido alrededor
de un puerto gris. El camino de parajes recordados. La Afinidad y la empatía
natural radicaron en la añoranza de aquello que se dejó atrás, otras riberas, la familia, los olores, los sabores, las
carencias, la tierra natal. . .
Podemos narrar también sobre la preponderancia de italianos en
la zona ribereña y sobre esa vez que en 1882 intentaron constituir la República
Independiente de la Boca; a raíz de un
conflicto gremial, idea desarticulada rápidamente por el General Roca. Sobre
los inmigrantes españoles, griegos, franceses y alemanes, armenios, criollos y
tantos otros que colmaron de ropa limpia
y gritos y risas sus conventillos de chapa; sobre sus clubes deportivos y sus
movidas culturales que llenaron sus calles de música, poesía y arte plástico.
CUARTA
INMIGRACIÓN EN LA BOCA DEL RIACHUELO
Dentro de los períodos de inmigraciones, es el cuarto, el
que se considera como el de la inmigración de las masas. Desde 1870 se
acrecienta la llegada de una verdadera muchedumbre humana dispuesta a trabajar
en la América. Por tal motivo se la denominó como la inmigración de la mano de
obra. El trabajador proletario o campesino que iba a proporcionar su fuerza
muscular y física porque estos son los años donde se construyen las obras
públicas de magnitud. Se agranda la red ferroviaria. Fue este el período de la
inmigración ascendiente. En tanto que en Buenos Aires, la edificación se
multiplicaba con la parcelación de los baldíos.
Según el censo municipal de 1887, por el puerto de Buenos
Aires, descendieron de los barcos procedentes de Europa, en su mayor parte,
y principalmente en La Boca del
Riachuelo, verdaderas caravanas humanas que desde 1854 a 1888 estas cifras se
elevan de manera sorprendente. 1.003.592 los hijos de otras tierras que
incorporan a la vida argentina.
La innegable hegemonía latina
Italianos, españoles, franceses, fue en ese orden la
proporción de la inmigración que encontró en La Boca, su lugar en el mundo. Según
el historiador Antonio J. Bucich, aparecieron también los dálmatas, vecinos del
Adriático Itálico, quienes se ocuparon de las tareas de navegación. Quienes con
su inteligencia y sapiencia aportaron mucho para la aparición de empresas
navieras de gran importancia. Como las surgidas de los Lavarello y los
Mihanovich.
Todo esto sucede ahí, en nuestro querido y denostado
Riachuelo.
El Lígure dominó el ambiente y constituyó uno de los pilares
fundacionales de la comunidad boquense.
UN
PUEBLO APARTE
La Boca se inserta en la gran urbe, sin embargo siempre fue como
un pueblo aparte. El boquense creó un modo de ser y actuar autóctonos, mas sin
dejar de lado el espíritu nacional.
“PARLEMO IN CASTILLA”
La escuela pública hizo su trabajo
lento pero provechozo. El léxico fue cambiando para enraizarse en el
castellano, parlemo in castilla como decían los zeneizi, hechó raíces en
tierras boquenses con gran auge en la década del centenario. En tanto que en
los hogares el genovesismo aún era
parte de la cotidianeidad íntima.
EL RIACHUELO, MÁS ALLÁ DE LA BOCA
Artífice y partícipe del crecimiento
de la ciudad toda siendo el máximo exponente para el desenvolvimiento de la
ciudad. Eso también fue lo que generó el
Riachuelo.
Aunque en muchos períodos se lo
subestimara es notable, que fue el foco del tráfico portuario. Según los
historiadores llegó a ser el camino fluvial más vital de esta ciudad. En sus
márgenes la actividad económica y social se desarrollaba. A mediados del mil
ochocientos ya era el depósito de ilusiones y esperanzas y viajeros ilustres
tienen la curiosidad de descubrir la Boca del Riachuelo, como lo señala Antonio
J. Bucich, el historiador de la Boca.
LAS GRANDES INUNDACIONES QUE LA BOCA HA SABIDO SOPORTAR.
Francisco Latzina, estudioso de la
historia y la geografía argentina, checoslovaco de nacionalidad, que se radicó
en el país, expresa en su “Geografía de la República Argentina” La
Boca es el gran barrio marítimo de la ciudad, gran parte de sus casas de madera
situadas en terreno anegadizo, se han edificado sobre postes de un metro y
medio más de altura. La causa, las constantes inundaciones que el Riachuelo
suelo producir cuando en duraderas lluvias de primavera o invierno, sale de su
cauce. Agrega a estos párrafos como un profeta que vaticina el futuro “El día
en que en estas aglomeraciones de casas de madera se produzca un incendio, en
condiciones de rápida propagación, habrá que lamentar una catástrofe
espantosa”. Cuenta la historia que frente a las inundaciones aún
sabiendo los costos de salud que pagarían la gente de La Boca, resistía, no
huía, se quedaba parada a enfrentar las aguas. A excepción de los más pudientes
que cuando el agua subía, abandonaban el barrio, yendo hacia la zona de Quilmes
o Bernal.
Más tarde en el tiempo ocurriría un 15 de
abril de 1940 una de las más grandes inundaciones que hayan afectado al barrio. El escritor Roberto Arlt,
cronista del Diario El Mundo manifestaba
en su columna del 16 de abril de aquel año que “En Almirante Brown y Brasil
subimos a una chata. Son las 5 de la tarde. La oscuridad rayada de agua lenta
amenaza más aguaceros. Entre las tablas de la chata se aprieta una multitud
oscura. Avanzamos lentamente. La Boca se ha transformado en una ciudad muerta y
gris. Hileras de fachadas desiertas de gente, con ventanas inciertas, con
balcones vacíos, con puertas de comercio en cuyos tableros el agua mansa ondula
muescas aceitosas. (...) En las calles transversales a Almirante Brown, la
superficie de agua llega hasta los apoya manos de las hileras de las ventanas.
Ni una sola luz tras de los vidrios. Todas las puertas cerradas, como si la
ciudad hubiera sido sorprendida por el terror. Hay callejones cavernosos,
abismales, oscuramente nítidos sobre su inmóvil calzada de cristal. En algunos
cruces de calle, bultos rectangulares de carruajes abandonados”.
Durante décadas, las inundaciones
fueron parte de la realidad del barrio y dejaron profundas huellas no solo en
las paredes, sino en su cultura. El mismo Quinquela
Martín las tuvo como fuente de inspiración y hasta un reconocido grupo de
Teatro barrial lleva el nombre de “3.80 y Crece” en homenaje a los improvisados
vecinos boquenses que atentos a al semáforo de luces que media el nivel del río
en la Isla Demarchi, hacían correr la voz de alerta frente a las inundaciones
producto de la crecida del Riachuelo.
1884. NACEN LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS DE LA BOCA
Según cuenta la página oficial de la Institución boquense.
“La Constitución Nacional de 1853 garantizaba a los extranjeros el pleno
ejercicio de todos los derechos civiles “a todos los hombres del mundo” que
quisieran habitar nuestro país de entonces. Pero fue solo en el año 1876 durante la Presidencia de Nicolás
Avellaneda, y bajo la inspiración de este, que se sanciono la primera Ley a
nivel Nacional de Inmigración y Colonización, cuyo objetivo era proteger y
fomentar la inmigración.
A partir de aquel momento la afluencia inmigratoria creció
al ritmo de la economía, transformando la vida social de la Argentina. El
Barrio de La Boca del Riachuelo, que por aquellos tiempos era un suburbio comenzó a recibir el flujo de estos
inmigrantes, sobre todo los de origen Italiano. Quienes en su mayoría eran
personas de origen humilde, que buscaban progresar, en esta nueva patria”.
SURGEN
LOS CONVENTILLOS
“Es en este
momento que surgen los conventillos, viviendas construidas a partir de los
rezagos de los astilleros de la zona, maderas, chapas, las cuales eran muy
precarias y de fácil combustión. Además el Barrio de La Boca estaba muy
distante del casco céntrico de la ciudad, que estaba comunicado por calles de
tierra que se volvían intransitables con la lluvia lo que, impedía el llamado
de socorro e ingreso del único cuerpo de bomberos que poseía la ciudad. Por lo
que forjaron junto con el peligro latente de la sudestada la necesidad que el
entonces suburbio cuente con su propio cuerpo de bomberos que pudiese socorrer
con eficacia los llamados de auxilios de los vecinos.
Motivado por
un incendio ocurrido a principios de 1884 es que Don Tomas Liberti
conjuntamente con su hijo Oreste Liberti y un grupo de compatriotas – Lázaro
Paglieti, Andrés Benvenutto, José Ragoza, Ángel Descalzo, Luis Paolinelli,
Santiago Ferro, Romeo Scotti y Esteban Denegri- reunidos en la casa de esté
decidieron organizarse, por lo que lanzaron el siguiente manifiesto (escrito en
italiano).
“Ciudadanos”
Una chispa
podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras humildes
viviendas de madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos, que en los
momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo
los invitamos a la reunión que tendrá lugar el Domingo a las 3 de la tarde en
el Ateneo Iris.
Fue el
domingo 2 de junio de 1884, el día en que
fue fundada la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca,
primera entidad de su tipo en el país. El primer edificio que cumpliría las
funciones de cuartel se ubicó en la calle Necochea, entre Lamadrid y la Avenida
Pedro de Mendoza. En cuyo frente se colocó un cartel que decía: “ Volere e
Potere ” que en Genovés significa “ Querer es Poder “ .
TODO
COMENZÓ EN EL RIACHUELO
POR ESO LOS
BOQUENSES, SOMOS HIJOS DEL RÍO, EN LA BOCA SE AFINCARON PERSONAS CON ESPÍRITU
DE LUCHA, GARRA Y ESPERANZA DE HACER DE ESE LUGAR, SU MUNDO. Ese mundo que soñaron cuando venían
en los barcos de otras latitudes y bajaron a este suelo, PER FARE LA AMERICA
con los bolsillos vacíos pero con el corazón esperanzado en ese nuevo mundo y la entereza que requiere todo desarraigo,
aunque sus tierras no les brindaran posibilidades ni oportunidades, dejaban
familias, detrás, con el saber incierto si alguna vez las volverían a ver. El
paisaje ribereño los acercaba a esos recuerdos. Habían soportado tanto, que se
podría decir estaban inmunizados contra el miedo. Y pudieron más, aun viviendo
hacinados en los clásicos conventillos boquenses, viviendo en condiciones
precarias en este suburbio de la ciudad lejano del centro. Fueron capaces de afrontar lo que estos
parajes anegadizos, y los rigores propios de la naturaleza, también supieron
darles. Sin embargo, también los sueños incumplidos en su lugar de origen
podrían ser posibles en este continente.
Junto con
los criollos, los mestizos, los miembros de los pueblos originarios, la gran
cantidad de los inmigrantes trabajaron. Como dijera Quinquela
Martín, haciendo un extracto de una de sus frases de vida, para seguir trabajando más.
Todo aquello estaba
allí, iba unido a mi vida, yo lo veía y lo vivía diariamente, lo llevaba dentro
y fuera de mí. Lo único que me faltaba era expresarlo, copiarlo, interpretarlo
y convertirlo en obra de arte. La vuelta de Rocha era ya por sí misma una obra
de arte. Un cuadro natural y magnífico, siempre igual y siempre diferente. Allí
estaban los trabajadores del mar, del río y del puerto con sus largos días de
dura faena y sus breves horas de descanso y de fiesta.
Mi tema, mi
especialidad es el puerto y el obrero, creo que es mi deber como argentino
pintar lo nuestro, este puerto y sus hermosas gentes, señaló quien encarnó el
espíritu boquense, registrando en sus pinturas, esa parte de historia del cual
el maestro hizo arte y fue parte.
Directora Periódico Conexión 2000- Conductora. Radio
Conexión en el aire. FM Flores 90.7
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