Nota publicada en la edición del mes de Diciembre 2011 Periódico Conexión 2000 Arte y Cultura
Mis actos son una
afirmación de mi conciencia que me dice que cumplo con mi deber” Julieta Lanteri.
Julia Magdalena Angela Lanteri, así era su verdadero nombre,
nació el 22 de marzo de 1873 en un pueblo llamado Cuneo en el norte de Italia.
Sus padres, Matea Guidi y Antonio Lanteri se trasladaron a la
Argentina en 1879. Residieron unos pocos años en la Ciudad de Buenos Aires y
luego se instalaron en La Plata.
A los trece años ingresó al Colegio Nacional de La Plata y
en 1896 fue aceptada para estudiar en la Facultad de Medicina de la Universidad
de Buenos Aires.
Luego de arduos años de estudio y de vencer prejuicios
propios de un ambiente universitario poco acostumbrado a la presencia de mujeres
en las aulas, obtuvo su diploma de Doctora en Medicina y Cirugía en 1907. Así
se convierte en la sexta médica recibida en Argentina y, junto con la primera,
la Dra. Cecilia Grierson, funda la Asociación Universitaria Argentina.
Integró en 1906 el Centro Feminista del Congreso Internacional del Libre Pensamiento que se hizo en la Ciudad de Buenos Aires, junto a Alicia Moreau de Justo, Sara Justo y Elvira Rawson de Dellepiane, entre otras, para reclamar por los derechos cívicos femeninos en la Argentina.
Se casó a los 36 años con un hombre menor que ella nacido en Estados Unidos, Alberto
Renshaw, aunque su matrimonio duró muy poco tiempo, precisamente por la pasión
puesta por Julieta a sus causas de lucha publica.
Debió nacionalizarse en 1911 para poder ocupar un cargo
docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, y con
ello logró fugazmente empadronarse y votar en las elecciones de concejales en
1911.
En abril de 1919 fundó el Partido Feminista Nacional,
convencida de que la ley prohibía el voto de las mujeres pero no les impedía
postularse a cargos electivos. Fue candidata a Diputada Nacional y a Concejal
por la Ciudad de Buenos Aires en diversas oportunidades, haciendo su mejor elección
en 1920 con el voto de 1730 hombres y obteniendo solo 204 en 1928.
El mismo 7 de marzo de 1920,
fecha en que los hombres votaban para elegir Diputados Nacionales, distintas
organizaciones como la Unión Feminista Nacional y el Comité Pro
Sufragio Femenino organizaron un simulacro de votación para mujeres en
distintos puntos de la Ciudad. Se postulan como candidatas en el simulacro Alicia
Moreau de Justo por el Partido Socialista, Elvira Rawson de
Dellepiane por un sector de la Unión Cívica Radical y Julieta
Lanteri por el Partido Feminista Nacional, quien en principio había
rechazado la idea del ensayo. Votaron cerca de 4000 mujeres y obtuvo la mayor
cantidad de sufragios Alicia Moreau de Justo, seguida por Julieta
Lanteri.
La Dra. Lanteri solventó sus campañas electorales
con ahorros propios y la venta de sus bienes, hasta quedar casi en la
ruina. Luego del Golpe de Estado de 1930
se recluyó a sus tareas profesionales, y comenzó a reorganizar su Partido a
fines de 1931. En sus últimos meses de vida, había dado una conferencia en la Facultad
de Derecho de La Plata preocupada por el creciente autoritarismo en
Sudamérica, motivo que la llevó a entrevistarse con el ex Presidente Marcelo
Torcuato de Alvear.
El 23 de febrero de 1932 Julieta Lanteri fue
atropellada por un automóvil que circulaba marcha atrás en la esquina de Diagonal
Norte y Suipacha. Sufrió una severa lesión en el cráneo que le produjo la
murete el 25 de febrero. Fue despedida en una nutrida ceremonia en el
cementerio de la Chacarita. Tenia 59 años de edad.
Los periódicos hablaron poco del accidente y se dedicaron a
exaltar su trayectoria. El Diario, el medio grçafico que más había
ridiculizado su lucha señaló: “Cuando el feminismo argentino, hoy
despierto y de pie, ocupe el lugar que le corresponde en la discusión y manejo
de los intereses públicos, el recuerdo de la Doctora Lanteri se irá agrandando
en el agradecimiento de las mujeres hasta adquirir la estatura de precursora
que legítimamente le corresponde”.
Solo la Revista Caras y Caretas publicó una
nota de la periodista Adelia Di Carlo insinuando la hipótesis de un
atentado. Para la escritora Ana María de Mena se trató de un crimen
político. Señala en su libro que el conductor del vehículo que se dio a la fuga
era David Klapenbach, integrante de la Liga Patriótica, una organización
de ultra derecha que se dedicaba a amedrentar y romper huelgas. Asimismo, la
investigadora Araceli Bellota relata que la pagina del sumario policial
donde se describe el accidente resulta ilegible, como si se le hubiera
derramado un vaso de agua sobre la escritura, cuando el resto de las actuaciones
son perfectamente legibles.
Nunca se investigó el hecho, y mucho menos al conductor del
vehículo, coincidente con una etapa de la Argentina signada con persecuciones políticas y fraude
electoral.
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